viernes, 8 de febrero de 2019

ANTIGUO RESTAURANTE EL SÓTANO


En este local situado en la calle Virgen de la Soledad N° 8, llamada entonces calle Echegaray, existió una fábrica de gaseosas, agua de self y jarabes para refrescos, además de venta de todo tipo de pescado que era propiedad de Antonio García Díaz (no confundir con el bar Sótano abierto por José Doncel Sajara en la misma calle, enfrente en el nº 9).  Un tiempo más tarde fue traspasado el local y abierto como Restaurante El Sótano el 13 de junio de 1933 a Francisco Vaca Martínez, el cual dicho traspaso, lo puso a nombre de su hija mayor Filomena Vaca Castañón. El local era verdaderamente casi un sótano, con una gran barra al bajar las escalones de la entrada y al fondo estaba el comedor todo forrado de madera y en el que no entraba casi un rayo de luz natural. 
Francisco Vaca falleció en 1939 y fueron sus hijos Ramón, José, Julio, Luis, Filomena y Aurelia los que bajo la supervisión de su madre Filomena Castañón Escobar (la cual adquirió en propiedad toda la vivienda donde se ubicaba el negocio), empezaron a llevar el restaurante y empezar a levantarlo.   A lo largo de los años el negocio fue prosperando siendo los hermanos Ramón y Julio los que lo regentaron cara al público, ya que los otros hermanos hacían las labores de administración. En el año 1989 dichos propietarios se jubilan, y es alquilado a Luis Fernández Mendoza empleado de él desde 1960, él se cargo del establecimiento manteniendo en plantilla a varios empleados, así como a varios miembros de su familia, hasta su cierre. 
El local era verdaderamente casi un sótano, el cual tenia una gran barra al bajar las escaleras de la entrada y al fondo estaba el comedor todo forrado de madera y en el que no entraba casi un rayo de luz natural. 
Fue sin duda durante el siglo XX un establecimiento muy apreciado y reconocido tanto en Badajoz como en Portugal, un restaurante insigne y referente de la gastronomía de la ciudad, allí se concentraba lo mas granado de la sociedad pacense pero ademas consiguió su reconocimiento a nivel nacional e incluso internacional. Fue reconocido por ello en la guía Campsa la cual era anterior a la guía Michelín. 
Pasaron por él un gran elenco de trabajadores tanto de cocina, limpieza, servicio de mesas, servicio de barra, etc.... a los cuales me gustaría recordar para reconocerles su labor y agradecimiento con su trato a los clientes, entre ellos estaban: Luís Fernandez, Angel Soriano, Eduardo Nieto, Luis Corbacho, Miguel Duarte, los hermanos Santiago y Pepe Díaz, Tenorio, Paqui Cordón, Agustina, Remigio, Agustín, Antonio Gallardo.....

Mi agradecimiento a todas esas personas que han tenido la amabilidad de proporcionarme el nombre de la mayoría de los empleados.
Y en especial a Ángel Manuel Vaca Arévalo por la historia de la creación del restaurante y fotografías de las aquí expuestas. 

Fotografías proporcionaras por 
Ángel Manuel Vaca Arévalo 
Francisco Vaca Martinez 
en la puerta de su establecimiento 
pocos días después de su apertura

Antiguos empleados en el restaurante

Folletos publicitarios del restaurante


Sifón del restaurante

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Luis Fernández en el restaurante
Fotografía de Personajes de Badajoz

Ángel Soriano en el restaurante
Fotografía de Personajes de Badajoz

Eduardo Nieto en el restaurante
Fotografía recogida del Grupo de Pecalmo 

Luis Corbacho Barba en el restaurante
Fotografía proporcionada 
por Angélica Martire 
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jueves, 7 de febrero de 2019

CAFETERÍA LA MARINA


La Marina fué una escuela de camareros donde estaban y estuvieron los mejores, todos ellos dirigidos por la batuta de Francisco Hinchado uno de los mejores profesionales que ha dado la hostelería pacense y donde se hacían tratos de ganado, reuniones políticas y se escribían las páginas más importantes de la historia de la ciudad. 


Eran todos una gran familia, en la que estaban Sebas, Antonio Colorado, Reyes, Pedro, Daza, el Persianas, Domingo EL Madalena, Quico, Guillermo, Suero, Andrés, Manolo, Pepe Ledesma, José Besa, Francisco Moreno el cocinero jefe, Ani la pinche de cocina, Juan el Carpanta, Canini, Alejandro, Fernando y Angelito los limpiabotas, Juan Campañón, Antonio, Paco "polvorilla", y algunos más de los que pasaron por el magisterio de Don Francisco. 
Esta mítica cafetería segue siendo un referente de la hostelería pacense.



En aquellos años 70, sus camareros eran instituciones locales, señores maduros y solventes que lo mismo escuchaban una pena que reían un chiste con suma educación. 
Era desde luego un lugar de escuentro, su clientela era diversa, Médicos, Empresarios, Futbolistas,  Periodistas, Maestros, Funcionarios......., por citar algunos de ellos Damián Telléz,  Federico Alba, Antonio García Orio-Zabala, los Claveros, los Maños, Ricardo Puente Broncano (con su esquina de la barra reservada), 
Todos los pacenses recordamos que siempre ha estado ahí, junto al Parque San Francisco y el Teatro Lopez de Ayala, toda la vida, desde los años 50 más o menos, siempre abierta y llena de gente, lugar de encuentro para pacenses y forasteros. 


Ahora se ha adaptado a los tiempos que corren, ya no es aquel restaurante de lujo de épocas pasadas. 


La Marina, hoy está reconvertida de cafetería clásica en tapería moderna. 

Imagen para el recuerdo de aquella 
cafetería de antes, proporcionada, 
por Isabel Carrasco Garcia  

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AQUEL SUPERMERCADO DE SIMAGO


Si hay una referencia de lugar en Badajoz que a nadie se le escapa es el antiguo Simago (Simó, Mayorga y Gómez), ese céntrico edificio del Paseo de San Francisco se convirtió con la implantación de esta gran superficie en la década de los 70, en el primer supermercado de la ciudad, con un enclave tan frecuentado que pronto se convirtió en la tienda de cabecera de muchos pacenses. 


Pese a la desaparición de la marca, el inmueble se ha mantenido como supermercado y, aunque ha pasado por las manos de varias cadenas de alimentación, para los pacenses siempre será Simago. Pero, ¿qué hubo antes de Simago?. 




El inmueble actual está construido sobre el antiguo Cuartel de Ingenieros, una obra de 1799 de la que se conserva su puerta, que primero estuvo en la antigua plaza de toros, y ahora puede contemplarse en el jardín del Museo Provincial de Bellas Artes.
La inauguración de Simago por su estratégica situación y por la escasez de otras grandes superficies supuso un hito comercial destacable en la ciudad. 


Quién de nosotros no recaló en él deseo de  conocer esas novedades y sobre todo de ver a esas preciosas y maravillosas chicas que atendían al público. 



O comer aquellos perritos calientes del Delma. 



Pues bien, a pesar de que Simago fue reemplazado hace años por otro gran almacén, el Eroski, y posteriormente por la Plaza de Día, para la gente en Badajoz, p
or mucho que haya cambiado de nombre para todos los pacenses siempre será Simago. 




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miércoles, 6 de febrero de 2019

AQUELLA CAFETERÍA LA RIA

La Cafetería la Ría fué abierta por un antiguo camarero del Aguila llamado Julio Aguado a primero de los años 60. 
Anteriormente había regentado una churreria y una mercería en la calle Concepción Arenal del casco antiguo de la ciudad. 
Posteriormente a mediados de los años 70 sus hijos Isidoro y Roberto Aguado Jiménez, regresaron de sus trabajos que ocupaban en Madrid y se hicieron cargo de la regencia de la cafetería, así como ampliándola con dos locales colindantes que correspondían a una boutique y una tienda de alimentación. 
Fué una escuela que hizo grandes camareros, tales como sus hermanos Loli y Julio, así como Parra, Baldomero "Baldo", Alfredo "el Vasco", Diego Ortiz, Juan Jaramillo, Rafael,  Angel de España, Félix en la cocina,  y otros..... 
Isidoro y Roberto Aguado fueron unos pioneros en la implantación de esos aperitivos en Badajoz, como aquellas geniales ensaladillas rusas y aquella paella maravillosa servida con esa personal característica que les proporciona un molde de flan. 
Ellos solían traer tendencias hosteleras de la capital madrileña, como la uniformidad de los camareros o el formato de las cartas. 
Tras el fallecimiento de Roberto, su hermano Isidoro siguió al frente de ella frente a La Catedral, en la Plaza de España esquina con la calle Zurbaran, hasta unos meses antes de su fallecimiento en el año 2012. 
Era uno de los lugares clave de la movida nocturna carnavalera, donde miles de jóvenes se reunian para bailar hasta que amanecía. 

Isidoro Aguado, en su recuerdo  

Roberto Aguado, en su recuerdo 

Roberto en la merceria de su padre Julio

Interior de la cafetería 

Interior de la cafetería

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Mi agradecimiento a Roberto Aguado Martínez 
por el texto y las fotografías aquí expuestas. 

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