martes, 6 de noviembre de 2018

HOSPITAL PROVINCIAL SAN SEBASTIÁN


El edificio del Hospital de San Sebastián tiene su origen en el Hospicio fundado por mandato del capitán Don Sebastián Montero de Espinosa en 1694, sobre un terreno cedido por las hermanas del Convento de las Descalzas en 1774 en el campo de San Francisco. Dicha cesión se realizó a cambio de que el capitán Don Sebastián donara su palacio que se hallaba en el solar de lo que es hoy el Convento de las Descalzas en la Calle Menacho. En 1743 se unió al hospital una obra pía de gran importancia, destinada a atender a los enfermos pobres, y el 12 de abril de 1757, el rey Fernando VI emitió un Real Decreto por el que se creaba el Real Hospicio y Casa de la Piedad. A partir de entonces se procedió a la adquisición de los terrenos anexos y en 1774 el Obispo Minayo lo destinó a la manutención de niños huérfanos y personas desamparadas, tiene así pues este edificio unos orígenes basados en la caridad. Fue inaugurado el 24 de Febrero de 1694, y tuvo entre otros destinos, atender a enfermos pobres, y Asilo de Ancianos Desamparados, conocido como "Hospital de la Piedad", "Hospital de la Vera Cruz", "Hospital de la Concepción", "Hospital de la Misericordia"…, centros que han prestado sus servicios a los pacenses desde el S. XV. 

El edificio se construyó entre 1774 y 1780, 
la obra fue realizada por el arquitecto Nicolás de Morales Morgado, si bien a menudo se asocia a Don Diego de Villanueva. Por real provisión de Carlos IV, el 17 de julio de 1795, el hospital fue anexionado a todos los efectos al Hospicio Real, y por tanto con todas sus rentas y archivos, sin embargo mantuvo su independencia hasta 1852, que se aprueba el traslado del Hospital de San Sebastián a los locales del Hospicio, abandonando éste su primitivo lugar, compartiendo así el mismo edificio. 
La fachada del edificio se caracterizada en los inicios por un diseño sencillo de dos plantas únicamente y con inspiración claramente neoclásica. Sufrió posteriores transformaciones levantándose una nueva planta. La portada se diseñó con influencias del tardobarroquismo, que presenta dos cuerpos inspirados en dicho estilo. El primer cuerpo está presidido por un escudo del rey Fernando VI de Borbón, fundador del Hospicio. Es a finales de este siglo donde queda configurada la gran manzana definida por el Hospicio Real de la Piedad, el Seminario de San Atón y el Propio Hospital de San Sebastián, manzana que perdura hasta finales del siglo XX. Su aspecto actual se debe, sobre todo, a la obra de ampliación y acondicionamiento del Hospital Provincial llevada a cabo en la década de los 80. En esta obra se remodeló todo el edificio, en una parte las alturas crecen de los dos originales a las cuatro actuales y en el resto la obra es totalmente nueva, donde además de las cuatro alturas del edificio se ejecutan los sótanos y las nuevas calles Sor Agustina y Manuel Fernández Mejías. Los sótanos se desarrollan en gran medida en el subsuelo de estas calles. 
Tiene una configuración rectangular en planta, siendo las dos fachadas más antiguas las que lindan con la Plaza de San Atón y con la Plaza Minayo. Las otras dos fachadas son fruto de la última reforma importante en la configuración del edificio, llevada a cabo en el siglo XX. El antiguo hospital de San Sebastián ocupa una manzana completa, con una superficie de parcela de 6.160 metros cuadrados y aproximadamente 22.108 metros cuadrados de superficie construida. Unos 14.000 metros cuadrados corresponden a actuaciones llevadas a cabo en 1980.
La fachada del edificio se caracterizada en los inicios por un diseño sencillo de dos plantas únicamente y con inspiración claramente neoclásica. Sufrió posteriores transformaciones levantándose una nueva planta. 
La portada se diseñó con influencias del tardobarroquismo, que presenta dos cuerpos inspirados en dicho estilo. 
El primer cuerpo está presidido por un escudo del rey Carlos III, por su parte, el segundo cuerpo presenta un diseño de retablo con hornacina de medio punto, en la cual se aloja una estatua de mármol de la Virgen de la Piedad, y bajo la cornisa de la fachada podía verse el escudo de armas del Obispo Pérez de Minayo, y que se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Provincial. 

Estuvo en funcionamiento desde junio de 1780, en sus inicios como Hospicio Real, hasta el 20 de abril de 2002 como Hospital Provincial, cuando sus servicios y plantilla fueron trasladados al Hospital Perpetuo Socorro
El edificio, que pertenece a la Diputación Provincial de Badajoz, espera abrirse próximamente con fin multiusos, que albergará entre otros, la nueva Escuela Oficial de Idiomas de la ciudad, la Biblioteca de Extremadura y un mercado gourmet.

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Portada del Hospicio y del Hospital
a primeros del Siglo XX
Escudo del Rey Carlos III en la fachada

Estatua de la Virgen de la Piedaden la fachada

Escudo de armas del Obispo Pérez Minayo en la fachada

Entrada a la Casa de Socorro en el lateral 
de la calle Sor Agustina


Varias imágenes del Hospital


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ANTIGUO PARQUE DE INGENIEROS


En 1799 se levantaron las instalaciones del Parque de Ingenieros junto al Paseo de San Francisco. Se trataba de una edificación militar de planta cuadrada de 2.617 metros cuadrados. Álvaro Meléndez Teodoro explica en su libro "Apuntes para la historia militar de Extremadura" que en el espacio ocupado ahora por un supermercado se levantaban en el siglo XVIII diversos edificios militares destinados al almacenaje y reparación de los pontones y barcas de los ingenieros de la plaza militar. 


Muy dañado a consecuencia de la Guerra de Independencia, el ingeniero del Valle propone reedificar el lugar para utilizarlo como cuartel. Así fue reedificado en 1825 por el Cuerpo de Ingenieros ayudado económicamente con el arrendamiento de la plaza de toros enclavada en el Baluarte de San Roque y el pasto de las hierbas de los fosos y glacis de la fortificación. 


Un informe militar de 1913 señala que el recinto servía de alojamiento de la Comandancia de Ingenieros con cinco pabellones, constaba de una sola planta baja, de forma cuadrangular, con cuatro crujías y un patio o jardín en el centro, dependencias adecuadas y cinco pabellones. 


Tuvo un importante papel en la película 'La Guerra empieza en Cuba', donde aparece como palacio del Gobernador de la plaza, con amplias vistas del Paseo de San Francisco, La Alcazaba y otras zonas y monumentos de la ciudad. La película, dirigida por Mur Oti, y cuya protagonista fue Emma Penella, fue rodada en 1957, pocos años antes de su desaparición, fue el primer film rodado en Badajoz


En 1965 salió a pública subasta y pocos años después fue derribado para levantar en su lugar una superficie comercial. 
Su portada de mármol se conserva expuesta en el patio del Museo de Bellas Artes de Badajoz, la cual estuvo abandonada en las traseras del Cuartel de la Policía Nacional, en el Baluarte de San José. 

Fuente: Angela Murillo.

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ANTIGUA PLAZA DE TOROS



La antigua Plaza de Toros de Badajoz, en la Ronda del Pilar junto al Baluarte de San Roque, fue inaugurada en 1859, demoliéndose en el año 2000 para construir en su misma ubicación el Palacio de Congresos de Badajoz.


Este viejo coso celebró su primera corrida de toros el 14 de Agosto de 1859, en la que se lidiaron toros de don Manuel Suárez para José Carmona y José Ponce, y fue levantada sobre las cenizas del anterior coso de madera construido en 1817 y destruido por un incendio en 1855, siendo el arquitecto don Fernando Domínguez.
En 1890 se realizaron unas reformas para ampliar el aforo hasta 8.500 localidades. 


No olvidemos además de las corridas de toros otros espectáculos que se realizaban allí, como actuaciónes musicales en las cuales se pudieron ver a las figuras más importantes del candelero musical de aquellos años, sin olvidar por supuesto el cine de verano que se realizaba en ella. 


Su demolición empezó en el año 2000 para construir en su lugar el Palacio de Congresos "Manuel Rojas Torres" el cual se inauguró en el año 2006.
 

Si nos paramos a pensar, este Palacio de Congresos se podía haber hecho en otro lugar, ya que la plaza de toros debió restaurarse parcialmente, dedicando espacios a la historia y la memoria y dejando el resto para fines culturales, incluso un espacio al aire libre, como en un principio planteaba el proyecto que elaboró el arquitecto Luis Pla. 



Ahí podía haber ido el gran archivo nacional sobre el golpe militar, la represión y la guerra civil, cuya creación fue una de las reivindicaciones del movimiento pro memoria y que la investigación histórica tanto hubiese agradecido. 
Una base de datos hubiera facilitado la búsqueda de personas dándose posibilidad a los visitantes de aportar información así como documentos, memorias y objetos de todo tipo. 



La educación y el respeto a los derechos humanos estarían en la base de todo el proyecto y al servicio de la memoria democrática.
Desde luego hubiera costado mucho menos tiempo y por supuesto dinero. 
El monumento resultante no tendría menos uso que el actual y se habría respetado el patrimonio y la historia de la ciudad. 
Pero sobre todo, se habría hecho un homenaje perpetuo a todas las personas que allí perdieron la vida y se hubiera conservado un lugar de memoria relevante a nivel europeo.


Una vez construido el palacio, ante las críticas y por iniciativa del propio arquitecto del proyecto José Selgas, se intentó corregir el hecho de que no se aludiera en modo alguno a lo que allí hubo con una plaquita y con eso que hay fuera, obra de Blanca Muñoz, y cuyo significado verán todos los que estén allí a las dos de la tarde de los días 14 al 17 de agosto de cada año. 


Una hora y una fecha ideal en Badajoz para asistir al milagro astronómico de la galaxia espiral.
 


Este lugar, uno de los símbolos más reconocidos, dentro y fuera de nuestro país, de la resistencia democrática y del terror fascista fue sustituido por un palacio de congresos de esos que abundan en España con o sin sentido (solo en Extremadura hay cinco).
Podría haber sido construido en cualquier otro lugar de la ciudad pero alguien decidió que debía estar precisamente ahí. El presupuesto oficial fue de mil quinientos millones de pesetas, generosamente proporcionados por los fondos europeos, pero en realidad debió costar, (de hecho costó) bastante más.
Esta es mi humilde opinión sobre este despropósito de quienes deben de cuidar nuestros sentimientos y nuestros recuerdos. 

Algunas imágenes antes de su derribo 


























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