Hacer el retrato de una ciudad es el trabajo de una vida y ninguna foto es suficiente, porque la ciudad está cambiando siempre. Todo lo que hay en ella es parte de su historia: su cuerpo físico de ladrillo, piedra, acero, vidrio, madera,
sus calles, sus paisajes, su tragedia, sus personajes, su pobreza, su riqueza, sus recuerdos......
El Palacio de Congresos “Manuel Rojas” se encuentra ubicado en el antiguo Baluarte de San Roque, parte de la antigua muralla defensiva del Badajoz del siglo XVII, donde se han alojado desde los inicios del siglo XIX dos plazas de toros consecutivamente y, sobre las cenizas de la segunda de ellas, esta gran obra arquitectónica y escultórica que ocupa el seno del baluarte desde 2006. Contar con el Palacio de Congresos en este enclave ha supuesto para la ciudad la recuperación de un edificio degradado de su centro histórico, convirtiendo el lugar en punto estratégico y nexo de unión del casco antiguo y el ensanche de la ciudad moderna, completando un área surtida de infraestructuras hoteleras y restauración de alta calidad, aparcamientos públicos, centros de ocio y turísticos, excelentes zonas comerciales y demás atractivos que Badajoz ofrece a su visitante, especialmente el relacionado con el turismo de negocios.
Inicio de su construcción en el año 2006
Fotografía de Manuel Sordo Osuna
El edificio fue diseñado por los arquitectos madrileños José Selgas y Lucía Cano y construido durante seis años de superación de complicados retos: de diseño, por la singularidad de las formas de la construcción e innovadores materiales, y de emplazamiento, cómo encajar un edificio circular de enormes proporciones en una muralla pentagonal, patrimonio protegido de la ciudad.
Concluida con éxito la difícil empresa, la obra es seleccionada por el MOMA de Nueva York como uno de los 53 edificios más representativos construidos en España en los últimos 30 años, junto a la ampliación del Museo “Reina Sofía” y la Terminal 4 de Barajas, justo premio para sus creadores y que supone el espaldarazo que sitúa a Badajoz entre las ciudades de interés arquitectónico españolas.
A la hora de plantear el diseño, se quiso conservar exactamente las trazas en volumen y altura de la antigua plaza de toros, manteniendo la inmersión del círculo en el baluarte.
Desde el exterior se contempla como un gran cilindro blanco, luminoso, rodeado por un velo de anillos verdosos y traslúcidos por los que pasan aire y luz.
El cilindro es ocupado por el impresionante auditorio principal y la prolongación de los anillos por diferentes estancias: un segundo auditorio, sala de exposición, cafetería y salas de reuniones.
Entre ambas estructuras concéntricas, un precioso y luminoso patio concebido como principal zona de esparcimiento.
Algunas de sus dependencias :
Audotorium Principal Principal con 1.040 butacas
Sala de seminarios (divisible en 2) con 350 butacas
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