domingo, 4 de noviembre de 2018

EDIFICIO DE LA GIRALDA


La Giralda es uno de los edificios más bellos de la Plaza de la Soledad y de toda la ciudad. Se construyó durante los años 1923-1930, según proyecto de Adel Pinna, maestro de obra sin título de arquitecto, que fue artífice igualmente de otros edificios emblemáticos de la ciudad. 
Es de estilo claramente historicista regionalista, andaluz, y con elementos neomudéjares, además de contar con una rejería reseñable, se mezcla con tejas de cerámica, floreros, azulejería y forja. 
El cuerpo anejo por la calle Francisco Pizarro fue ejecutado algo después por el arquitecto Rodolfo Martínez. 


La torre que sorprende por su arquitectura es una reproducción reducida de la famosa Giralda de Sevilla, que se utilizó en su momento como reclamo publicitario del establecimiento comercial que se situaba en la misma, “Almacenes La Giralda”, propiedad de don Manuel Cancho Moreno. 


La cúspide, sin embargo, está rematada por una escultura de Mercurio, dios romano del comercio. El edificio consta de 2.400 metros cuadrados, de los que 1.500 corresponden al local comercial que tuvo en su momento y el resto a viviendas.


Es de resaltar, además de la arquitectura, la colección de cuadros del artista Antonio Juez, hechos ex profeso para decorar sus muros y que hoy forman parte de los fondos del Museo Provincial de Bellas Artes. 
Por otra parte, hay que resaltar que colaboraron con los arquitectos Ángel Zoido como marmolista, Cerezo como escayolista, Carrallo en la rejería y López Salvador en la construcción.


Tras ese esplendoroso momento inicial que conocimos, en la que los hijos de Manuel Cancho (Francisco, José, Manuel y Julián Cancho García), gestionaron el negocio, se cerró en el año 1978, y después de permanecer sin uso algunos años pasó a ser propiedad de Telefónica, que lo restauró e instaló en él sus oficinas, que a su vez fueron clausuradas en 1998. 


Hoy día se mantiene cerrado en espera de nuevo destino. Un maravilloso edificio que solamente permite divisarlo superficialmente, aun cuando en momentos puntuales se abre para regocijo de quien puede advertir su bella planta.

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Imágenes proporcionadas por 
Julián González Rico 









°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

No hay comentarios:

Publicar un comentario