El "Bárbara de Braganza" fue el primer Instituto de Segunda Enseñanza de la provincia, como consecuencia de la petición de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Badajoz.
Los primeros tiempos del Instituto están ligados al Seminario de San Atón que ocuparía parte del edificio del él desde 1845 a 1847 y su primer director fue Juan Antonio Utrera, rector y administrador en el Seminario, beneficiado y canónigo de la catedral, catedrático de “Psicología, Ideología y Lógica” y de “Retórica y Poética”.
Según afirman Solar y Taboada y el Marqués de Cidoncha, en los años de su dirección las relaciones del Claustro con el Cabildo fueron muy buenas y ejemplifican esta coincidencia señalando que las memorias del Instituto se leían antes en la catedral que en el propio Instituto.
Respecto al primer director explican que “…ese señor, dando un alto ejemplo, no vaciló en matricularse como alumno del 5º curso entre los primeros que se inscribieron el primer año que funcionó el Instituto de Badajoz” para obtener el título de Bachiller.
Hay que decir que no son muchos los casos de director y alumno en la misma persona.
De los profesores que fueron ocupando las cátedras del Instituto hay numerosas referencias históricas: en unos casos sus nombres han quedado en el callejero de la ciudad, en otros se conocen sus publicaciones científicas, pedagógicas o literarias y algunos de ellos han pasado a ser personajes literarios o referentes curiosos de la intrahistoria de Badajoz.
En los primeros cursos, los profesores del Seminario y del Instituto eran los mismos y el Instituto como sabemos, ocupaba locales del Seminario, esto lleva a que el director y rector del Seminario prefiera que sean los profesores sustitutos y no los nombrados a partir de 1847 por Real Orden los que sigan ocupando las cátedras.
Sobre los componentes del primer claustro hay alguna divergencia entre los recogidos por Solar y Taboada y el Marqués de Cidoncha y por Sánchez Pascua.
Los primeros lamentan que el archivo del Instituto no esté completo debido a las frecuentes mudanzas y señalan la falta del acta del claustro de constitución sin embargo, dan como profesores seguros del primer claustro a los siguientes si bien su nombramiento se da a lo largo de 1846, 47 y 48: Juan Antonio Utrera de Psicología y Lógica, José Mª Leal de Religión y Moral, Agustín Guillén y Flores sustituto de Latín, José Mª Cuadrado, de Historia Universal, Nicolás Jiménez de Matemáticas Elementales, Florencio Martín y Castro de Física y Química, Francisco Delgado de Historia Natural, Emilio Polanco Rancés de Francés, Juan Moreno Anguita, sustituto de Retórica.
Los primeros tiempos del Instituto están ligados al Seminario de San Atón que ocuparía parte del edificio del él desde 1845 a 1847 y su primer director fue Juan Antonio Utrera, rector y administrador en el Seminario, beneficiado y canónigo de la catedral, catedrático de “Psicología, Ideología y Lógica” y de “Retórica y Poética”.
Según afirman Solar y Taboada y el Marqués de Cidoncha, en los años de su dirección las relaciones del Claustro con el Cabildo fueron muy buenas y ejemplifican esta coincidencia señalando que las memorias del Instituto se leían antes en la catedral que en el propio Instituto.
Respecto al primer director explican que “…ese señor, dando un alto ejemplo, no vaciló en matricularse como alumno del 5º curso entre los primeros que se inscribieron el primer año que funcionó el Instituto de Badajoz” para obtener el título de Bachiller.
Hay que decir que no son muchos los casos de director y alumno en la misma persona.
De los profesores que fueron ocupando las cátedras del Instituto hay numerosas referencias históricas: en unos casos sus nombres han quedado en el callejero de la ciudad, en otros se conocen sus publicaciones científicas, pedagógicas o literarias y algunos de ellos han pasado a ser personajes literarios o referentes curiosos de la intrahistoria de Badajoz.
En los primeros cursos, los profesores del Seminario y del Instituto eran los mismos y el Instituto como sabemos, ocupaba locales del Seminario, esto lleva a que el director y rector del Seminario prefiera que sean los profesores sustitutos y no los nombrados a partir de 1847 por Real Orden los que sigan ocupando las cátedras.
Sobre los componentes del primer claustro hay alguna divergencia entre los recogidos por Solar y Taboada y el Marqués de Cidoncha y por Sánchez Pascua.
Los primeros lamentan que el archivo del Instituto no esté completo debido a las frecuentes mudanzas y señalan la falta del acta del claustro de constitución sin embargo, dan como profesores seguros del primer claustro a los siguientes si bien su nombramiento se da a lo largo de 1846, 47 y 48: Juan Antonio Utrera de Psicología y Lógica, José Mª Leal de Religión y Moral, Agustín Guillén y Flores sustituto de Latín, José Mª Cuadrado, de Historia Universal, Nicolás Jiménez de Matemáticas Elementales, Florencio Martín y Castro de Física y Química, Francisco Delgado de Historia Natural, Emilio Polanco Rancés de Francés, Juan Moreno Anguita, sustituto de Retórica.
Sánchez Pascua menciona a Joaquín Arenas como profesor de Idiomas en lugar de Polanco Rancés y a Juan Checa, Agrimensor y Perito Agrónomo, para la cátedra de Matemáticas y no alude al sustituto de Retórica. Anselmo Arenas, Antonio González Cuadrado, Manuel María Saá Maldonado, Carlos Soler y Arqués, Valeriano Ordóñez de Adrián, Juan Espalza,
Máximo Fuertes y Francisco Franco.
El Instituto creado en el siglo XIX no ha conservado el edificio que lo cobijó, pues su patrimonio se halla repartido, al menos, entre los Institutos Bárbara de Braganza y Zurbarán, Real Sociedad Económica de Amigos del País, Diputación Provincial, Archivo Histórico, varias bibliotecas y, quizás, Museo de Bellas Artes.
El Instituto creado en el siglo XIX no ha conservado el edificio que lo cobijó, pues su patrimonio se halla repartido, al menos, entre los Institutos Bárbara de Braganza y Zurbarán, Real Sociedad Económica de Amigos del País, Diputación Provincial, Archivo Histórico, varias bibliotecas y, quizás, Museo de Bellas Artes.
Iniciado el siglo XX, se producen profundas adaptaciones que terminaron prácticamente con la configuración del antiguo convento, quedando escasos vestigios que tras la actual remodelación, felizmente han salido a la luz.
El año 1982 el Instituto cambió de ubicación trasladándose a la calle Ciudad de Evora en la Barriada de Pardaleras.
El año 1982 el Instituto cambió de ubicación trasladándose a la calle Ciudad de Evora en la Barriada de Pardaleras.
La Corporación Provincial rehabilitó el edificio con el paso de los años, dotando al Palacio Provincial de una nueva estructura y organización, dejando un importante espacio para ubicar el Consejo Consultivo de Extremadura.
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