Esta calle es de las pocas que siempre ostentó el mismo nombre desde el siglo XVI. Bajo la República se le impuso el nombre de Capitán Galán, sustituido en 1936 por el de Teniente General Yagüe, que lo ostentó hasta julio de 1984 que se restituyó el secular de Santa Lucía, que es la patrona de la vista y mártir nacida en Siracusa (Sicilia), este nombre es debido al antiguo Convento de Santa Lucía que estuvo ubicado en la esquina de la calle con Cardenal Carvajal. Une la encrucijada que, formando un irregular remanso espacial, forma el cruce de Meléndez Valdés, Santo Domingo, Cardenal Carvajal y Santa Ana, donde se inicia con la Plaza de Reyes Católicos, en la que desemboca. Es angosta, con pequeños quiebros, presenta mayor elevación en el centro que en los extremos, por lo que forma ligera pendiente hacia ambos lados. De acuerdo con los nuevos usos, desde el último tercio del siglo XIX los nombres seculares de muchas calles fueron cambiados por los de figuras históricas modernas, y ese fue el momento de la gran injusticia. Ya que por lógica a esta calle se le debiera haber aplicado el de el hijo de Badajoz más relevante, quizá, de todos los tiempos, que es el de Manuel Godoy, nacido en ella. Más el encono político, que tantas y tantas tropelías llega a cometer, mantuvo su nombre el el ostracismo mientras ensalzaba a otros con menos méritos para tener una calle en nuestra ciudad.
El convento de Santa Lucía que la generó y da nombre, se fundó a finales del siglo XV, y sus profesas pertenecían a las familias más distinguidas de Badajoz, pues la elevada dote que era preciso abonar para ingresar en él solo era asequible a las de gran fortuna. Debido a ello y a los importantes legados que recibía, dicho monasterio poseía numerosos bienes entre los que se contaban casas, viñas, huertas, tierras de labor, ganados, y demás. Así que casi todas casas que componían la manzana hasta Melchor de Évora eran de su propiedad. La desamortización general de 1835 incautó el convento y motivó su desaparición.
El convento fue derribado a mediados del siglo XIX, construyéndose en su lugar un gran caserón de viviendas en el que se alojó, durante un breve tiempo, el cuartel de la Guardia Civil hasta su traslado a Santo Domingo, las oficinas de Correos y Telégrafos, un hostal, y desde 1938 hasta su traslado Radio Extremadura.
El otro gran referente de la calle se sitúa en el extremo contrario, se trata de la casa donde Manuel Godoy, nacido en 1767 este edificio, aún existente, aunque muy reducido respecto a sus proporciones originales, presentaba la fachada principal (que es la única que parcialmente se conserva) a esta calle, una segunda a la plaza Reyes Católicos (entonces Campo de la Cruz), y las traseras a Melchor de Évora. Fue levantado por el abuelo paterno del Principe de la Paz, Luis Vicente Godoy, a poco de afincarse en Badajoz, procedente de Castuera, a principios del siglo XVIII, y en ella nació en 1731 su hijo y padre de Manuel Godoy, José Alfonso Godoy, quién quizás la amplió. La obra, gran casona de dos pisos con doblados, se erigió de nueva planta sobre uno de los solares ocasionados por los bombardeos que arrasaron Badajoz en 1705 durante la Guerra de Sucesión. En ella se alojó Carlos IV durante sus visitas a nuestra ciudad en 1796 y 1801, hecho que señalaban unas cadenas colgadas en su fachada. Vendida tras el derrocamiento de Godoy, la casa fue dividida y muy transformada, y por extraña coincidencia, en una de las viviendas resultantes, quizá hasta en la misma habitación que aquel, nació el 24 de marzo de 1829 Vicente Barrantes. Ambos nacimientos los recuerdan sendas lápidas en la fachada de la casa. También conserva la casa el escudo de la familia Godoy colocado por su abuelo.
Aunque esta calle fue sobre todo residencial, también acogió lugares y locales comerciales. Entre los del siglo XX cabe recordar a: la casa de Jerónimo Padrón donde se tenían lugar los mejores bailes de carnaval, la casa del pintor José Rebollo, la farmacia de Alarcón del Viejo, las alpargaterías de Ramón Chaviano y la de Francisco Vila, Radio Extremadura, el taller de reparaciones eléctricas Solís, el almacén de coloniales, cereales, sacos envases de Vda. de Antonio Navarro, los ultramarinos de Manuel Alfaro, el centro asistencial Auxilio Social, el estanco nº 3, Electrodomésticos Fuentes, las droguerías el Correo de Rafael Moreno, y la de Fermín Mendicote, la barbería de Jacinto Casco, la hojalatería Acosta, la talabartería de Manuel Cisneros, el taller de escultura de Ramón Cardenal, más tarde reformado sería Casa Artes de Flores y Benítez. Más tarde también existieron en ella, el primer almacén de La Giralda, un almacén de carpintería, la academia de Santisteban, una cestería, una dulcería, un bazar, una gestoría, la droguería Antúnez, el Conservatorio de la Orquesta Española, una farmacia, la zapatería La Salmantina, el bar de Antonio, el despacho de José Alba, el bar El Anzuelo de Oro, la oficina de representaciones de Pablo Sánchez Ibáñez, las oficinas de Estadísticas, la casa de toldos Alazán, los ultramarinos Esperanza, una capilla de la Iglesia Evangélica, la sala de exposición Tú eres Arte, y otros....
Varias imágenes de la calle
en su trabajo de aquella zapatería de La Salmantina
Fotografía del Diario Hoy
Esquina con Santo Domingo
Fotografía de Max Max Max
Casa donde nacieron Manuel Godoy y Vicente Barrantes
Fotografía de José Rabanal Santander
Claustro del antiguo Convento de Santa Lucía
Fotografía del Diario Hoy
Fotografía de Eduardo López Mejías
Fotografía de Eduardo López Mejías
Fotografía de Félix Guerra y Moni Guerrero
Fotografía de Félix Guerra y Moni Guerrero
Fotografía de Max Max Max
Fotografía de Max Max Max
Casa del indiano Jerónimo Padrón
Fotografía de Maribel Chaves Díaz
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