Cuando aún no era una calle urbanísticamente configurada, sino un ámbito sin definir, este lugar era conocido como Tenerías, Alameda, o Alameda Vieja, adquiriendo después el nombre de Joaquín Costa antes de ser en realidad una avenida. El nombre de Tenerías se le aplicó por ser el lugar donde se preparaban las pieles y se curtían los cueros. Tal industria requería abundante agua y producía un olor nausebundo, por lo que solía situarse en puntos apartados de las poblaciones. En este caso, próximo al rio Guadiana y alejado de las áreas de mayor vecindario. Dado que su uso constituía un pestilente muladar, por lo que en el siglo XVIII se quitó de allí y se trató de regenerarlo cubriéndolo de árboles y jardines. El último intento y más perdurable fue el realizado a finales de siglo por el Corregidor Carlos Witte, que plantó allí una alameda con jardines y bancos que durante mucho tiempo fue un agradable lugar de paseo. De ahí su nombre de Alameda o Alameda Vieja. En 1911 cuando aún estaba edificada en un solo lado, pues el otro se mantenía formado por un paseo de eucaliptos plantados poco antes, se le impuso el nombre Avenida de Joaquín Costa, el de ese político, jurista, economista e historiador nacido en Graus (un pueblecito de Huesca), que fue Joaquín Costa Martínez.
Su primer tramo se extiende entre la Plaza Reyes Católicos y la calle Joaquín Sama, o del Río. Desde este punto hasta su desembocadura en Pajaritos y Morales, donde forma remansos frente a la batería y el final de San Agustín, se convierte en una alineación sin definir propiamente como calle, formada en su costado derecho por las traseras del Palacio de Godoy y otras edificaciones, y en el izquierdo, primero por la muralla, y tras su derribo en 1962 por la carretera de Circunvalación. En ese tramo se alzaba la Puerta Nueva, erigida a finales del siglo XVIII, y que por su mayor modernidad recibió este nombre, hasta entonces aplicado a la de Palmas, y también a la de Carros. Al derribarse la puerta y el lienzo de muralla en 1962, como Avenida de Joaquín Costa se considera, en realidad, el tramo entre la Plaza Reyes Católicos o Puerta de Palmas, y la calle Joaquín Sama o del Río.
Hasta la construcción de las Casas Baratas, esta vía fue, más que una calle, un terreno despejado en el borde de la población intramuros.
En su tramo medio se erigió en el siglo XV un convento, el de Santa Clara, extinguido poco después, pues la insalubridad del lugar y la epidemia de peste de 1507 obligaron a abandonarlo, pasando su comunidad, al parecer, al convento de Santa Ana, que era de la misma orden.
Sobre el terreno de la antigua Alameda, perteneciente a las llamadas "zonas polémicas" de titularidad militar, tan poblemáticas desde finales del siglo XIX a efectos de su ocupación con edificaciones, se edificaron en la década de 1930 las Casas Baratas, conjunto de tres bloques de viviendas de tres alturas, uno principal a lo largo de todo el tramo de la avenida, otro trasero, entre este y la muralla, y un tercero, menor, dando frente a Puerta de Palmas. Las obras se iniciaron en 1929 y fueron terminadas en 1934.
Edificios de nueva planta cuyo avance señala el alineamiento primitivo del convento, fueron transformando su composición de traseras, alternando viviendas con corralones y talleres, como las herrerías, herraderos y carpinterías de carros de Manuel Mastro, Eduardo Suárez, Angel Sánchez y otros. Otros centros destacados fueron el establecimiento de muebles de Rosendo Berenguer, donde luego funcionó la institución asistencial conocida como La Gota de Leche, y otras hasta hace poco tiempo, o los ya más modernos garajes Palma y Guadiana.
Muy cerca de su cruce con la calle Joaquín Sama se abría el callejón de Velasco, angosta vía sin salida, llamada así desde el siglo XVIII.
Hubo en ella algunos lugares como la posada o fonda de Antonio Gudiño, el bar de Viuda de Pozueco, las herrerías de José González y la de Manuel Bautista, una señora que vendía café, creo que la llamaban "la Portuguesa", el almacén de Agrotécnica Extremeña de Giralt, los Talleres Parra, la fábrica de sifones del Sr. Román, un anticuario, el almacén de lejías Romo, un loro chillón que quiero recordar que le llamaban "Curro" en una de las viviendas de las "Casas Baratas" (de las hermanas María, Rosario y Manolita Soto), los piensos Italpe, la autoescuela San Antonio, el Bar Metralla, la cochera de Pepe Reyes, el lateral del Bar Guadiana (hoy el bar Unión), entre otros....
La zona de Pajaritos en los años 70
Tramo de la avenida en los años 70
Fachada del edificio del antiguo
Convento de Santa Clara, en los años 80
Fotografía de Alonso Cerro Alvarez
por la fundación Dolores Bas
Fotografía de Conchi Cienfuegos Soriano
Fotografía de Alonso Cerro Alvarez
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Muchas gracias a todos los colaboradores por sus fotografías, y en especial a mi buen amigo Alonso Cerro Álvarez, ya que esta avenida le acarreará muy gratos recuerdos.
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