viernes, 28 de septiembre de 2018

CONVENTO DE LAS CARMELITAS


A principios del siglo XVI, un grupo de mujeres devotas, que vivían en la calle Calatrava, cuyo único deseo era entregarse al Señor, obtuvieron del Nuncio tener un oratorio público con campana, bajo la advocación de Ntra. Señora de los Ángeles, San Antonio y Santa Marta de Betania. 
La licencia para poder celebrar Misa se les concedió el 13 de septiembre de 1634. Y lo que había comenzado siendo beaterio se transformó en una comunidad que aceptó la vida de observancia de las Clarisas, siendo nombrada superiora Elvira de Jesús. Al no tener unas Constituciones propias, el obispo D. Pedro de Levanto les dio una "norma de vida" que debían observar las Hermanas. 
Pero el 2 de noviembre de 1730 entra en Badajoz su nuevo obispo D. Amador Merino Malaguilla, muy devoto de Santa Teresa desde niño, y al visitar la comunidad, les propuso abrazar las Constituciones de la Santa.
El 4 de octubre de 1733, fecha fundacional como Carmelitas Descalzas, tomaron el nuevo hábito las 14 Hermanas que constituían la Comunidad y fue nombrada Priora la M. Juana de Santa Rita. En este mismo día se puso el Santísimo Sacramento que en solemne procesión fue trasladado desde la Catedral. 
Fue una gran celebración, con fuegos artificiales, y costeando el Cabildo toda la cera que se gastó. 
Como suele suceder en toda obra de Dios, no tardó en levantarse una sostenida persecución contra el nuevo Carmelo, ya que decían había muchas comunidades pobres en la ciudad y otra más aumentaría la pobreza de todas.
Es digno de destacar en estas circunstancias la paciencia y prudencia del Prelado y el sufrimiento por el que tuvieron que pasar las Descalzas. Pero, el Señor, que miraba con amor el Carmelo de Teresa y la obra que en él había comenzado, quería llevarla hasta el final. 
Diez años más tarde, el 22 de abril de 1743, hicieron las Hermanas la Profesión Solemne, quedando establecida la clausura. Conservó como titular del convento a Nuestra Señora de los Ángeles y siguió bajo la jurisdicción del Ordinario del lugar.
El Prelado compró quince casas aledañas, agrandando el Convento, ayudó con limosnas a paliar las necesidades de las Hermanas y les legó algunas propiedades. Fue uno de los bienhechores más generosos y magnánimo que ha tenido la Comunidad.
Y así, en el convento de las Carmelitas Descalzas de Badajoz, las campanas tañen al rezo de Vísperas. Desde aquel nacer de la fundación hasta hoy, no ha cesado la alabanza al Señor que las convoca, y las hermanas que componen la comunidad actual, viven la paz que, traspasando los muros del convento, une el susurro de la oración al murmullo de las aguas tranquilas del Guadiana. 
Dios vigila cada latido del corazón de los pacenses, está presente en ellos, y en sus hijas descalzas que seguirán invitando a todos, cada día, al silencio y la alegría de los Carmelos de Teresa.
La construcción de la iglesia se debe al Teniente General D. Alonso de Escobar, muy vinculado también a la Iglesia de San Andrés. 
El edificio se sitúa en la esquina de las calles López Prudencio o (antigua Calatrava) y Arco Agüero (antigua Gral. Primo de Rivera). En esta última se abre la portada de la iglesia, de gran sencillez, en la que destacan los escudos de la Orden Carmelita y el del Obispo Malaguilla.
la iglesia es de una gran riqueza ornamental, procediendo casi todos sus elementos del S. XVIII. La planta es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón, decorada con casetones pintados. 
El presbiterio se cubre con bóveda de cañón con lunetos, apreciándose en este un coro bajo, y existiendo además otro alto situado a los pies de la iglesia, rematado con bóveda de aristas. 
La recargada decoración del templo es de gran belleza, utilizándose pinturas murales y destacando motivos vegetales, óleos sobre la vida de santos, medallones, guirnaldas, espejos pintados etcétera, plasmándose diferentes motivos, como el de la vida de Santa Teresa, regla a la que se acogieron las religiosas en su fundación.
El homogéneo conjunto se completa con varios retablos barrocos de gran calidad, entre los que destaca el que cubre el altar mayor, costeado en el S. XVIII por el Capitán General D. Feliciano Bracamonte, sobresaliendo entre columnas salomónicas y abalaustradas varias imágenes, como la original de Nuestra Señora de los Ángeles. 
Otros retablos están dedicados a la “Virgen del Carmen”, “Santa Teresa Niña” y la “Piedad”, siendo de especial significación el de “San Juan Nepomuceno”, imagen muy venerada por el Obispo Malaguilla. Todos están profusamente decorados y tanto las tallas como la rejería son de los siglos XVII y XVIII.

Torno del interior

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Fotografias del interior 
cedidas por Isabel Collado 











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Imagen de la Virgen de Nuestra Señora los Ángeles 
que preside el altar de su capilla. 
Fotografía de Miguel Angel Menendez Santos. 

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  Reportaje sobre el Convento 
de Marcial J. Hueros Iglesias

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