lunes, 29 de marzo de 2021

CALLE SAN PEDRO ALCANTARA

 


La calle San Pedro Alcántara siempre ha sido conocida popularmente como calle Mesones, dada su abundancia en ella de este tipo de  establecimientos, en ciertos momentos se llamó también del Cochero, la Estrella, los Caballeros y calle del Agua, a finales del siglo XIX su nombre de Mesones, fue cambiado por el de San Pedro Alcántara, estenfranciscano nacido en Alcántara (Cáceres) en 1499 y fallecido en Arenas de San Pedro (Ávila) en 1562, es quizás el extremeño de su condición más conocido a nivel universal. 
Esta calle inicia el eje que partiendo de la Plaza de San José conduce el crecimiento de la población hacia los espacios llanos de poniente, su alineación con Francisco Pizarro y Menacho constituye uno de los dos ejes básicos de la trama urbana de Badajoz hasta el siglo XX. El otro de sentido paralelo, es el con inicio en la Plaza Alta, forman la continuidad de Moreno Zancudo, San Juan, Obispo Juan de Rivera Minayo y Pedro de Valdivia. 
Tras ser cortada por Encarnación, Morales y Soto Mancera finaliza en la Plazuela de la Soledad. 
Además de los mesones que dieron nombre, su importancia como una de las principales de la ciudad hizo que en esta calle radicaran también otros hitos muy significativos. En la esquina de Soto Mancera estuvo, y aún existe, señalada con una lápida la casa que fue de Luis de Morales. Es una casa palacio del siglo XVI, con somero torreón angular y claustro, en la que después se alojaron la Capitanía General de Extremadura, el hospicio y otras instituciones, y de modo provisional el Instituto de Enseñanza Media, más tarde entre 1880 y 1940 la Escuela de Artes y Oficios, posteriormente estuvo un tiempo abandonada. Luego fue enajenada a un particular que instaló allí el taller de carpintería de Muebles Morales. 
En el tramo inferior, haciendo esquina con la Plazuela de la Soledad, y ocupando un gran edificio cuyas traseras llegaban hasta la calle Céspedes, estuvo el convento de Trinitarias de los Remedios, que fue fundado en el siglo XIII en la calle Bravo Murillo se trasladó aquí a mediados del siglo XVII, donde radicó hasta ser expulsado por la revolución de 1868, y se instaló en 1876 en la antigua ermita de la Paz, de la calle Concepción el cual fue allí cerrado en el 2001. Aneja al convento, ocupando otro gran edificio, estuvo también durante el siglo XIX la Intendencia del Ejercito de Extremadura, luego Hacienda Militar. 
Al tratarse de uno de los principales accesos a la Plaza Alta, y por ello vía de gran circulación, otros numerosos locales y establecimientos de la más variada especie animaban la calle, haciéndola centro de una activa presencia vecinal. Así, en la esquina de la Plaza San José se situaba la popular bodega de Doncel Sajara, típico figón aún en funcionamiento con su imagen tradicional poco modificada. En los tramos siguientes se situaban otras tabernas o figones de gran sabor, como las de Feliciano Cuadrado, Fernando Márquez, Terrón Galache o los muy populares El Gato Negro, El Laurel de Baco, o Los Navegantes, este igualmente en servicio todavía, el café cantante El Pájaro Verde, situado frente a la casa de Morales. 
 Otros lugares y establecimientos que existieron fueron: La Tarama y Cervecería Pacense, la ferretería El Candado (fundada por José Muñiz alcalde de Badajoz), la talabartería Tienda del Burro de Manuel Arévalo, después Almacenes San Agustin, venta de vinos de José Jimenez, el bazar de Calzados El Cid, el taller de arreglo de paraguas de Baldomero Rodríguez, barberías como la de  la familia de guitarristas de Manolo de Badajoz, así como la de Robachon y la de Pizarro, la sastrería Velázquez, la carbonería del Sr. Antonio, panaderia, hojalatería, zapateros y varias lonjas como la de Salmerón, entre otros.....
 En esta calle hay una travesía que actualmente tiene el nombre de calle Manuel Cancho, que se le conoció en el pasado como calleja de Mesones, calleja de Capitanía, calleja de Bodegas y calleja de San Pedro Alcántara. 
Esta travesía no siempre ha estado abierta, en varias ocasiones se tapió por motivos de seguridad por su estrechura y poca iluminación, y que según los bandos emitidos eran circunstancias “propicias a servir de refugio a delincuentes y gentes de mal vivir” o “cobijar pendencias, escándalos y actos sucios y deshonestos”. Fue tapida por última vez en 1793 por el alcalde Carlos Witte. A finales del siglo XIX se abrió definitivamente y ha tenido establecimientos como la Tipografía Clásica, el Instituto Antivenéreo, la cerrajería de Carrallo, el Mesón de Los Castúos, las traseras del colegio Merino y actualmente el conocido Rincón Nazarí. 
Quisiera hacer constar que todas las fotografías que contienen esta página han sido escogidas de la página de Facebook: Badajoz Corazón Ibérico, o bien de los grupos: ESTE ES MI BADAJOZ, BADAJOZ EN EL RECUERDO o El Grupo de Pecalmo, a excepción de las que en ellas se indica el autor de la misma. Muchas gracias a los administradores de ello y todos esos geniales fotógrafos por ellas.

Inicio en la Plazuela de Soledad en el año 1917
Fotografía de Miguel Olivenza 

Folleto publicitario de uno de los comercios 

Bar los Navegantes en la esquina con la calle Morales 

Fotografía de Eduardo Ayala Marín  

Fotografía de Félix Guerra y Moni Guerrero 

Fotografía de Félix Guerra y Moni Guerrero 

Fotografía de Julián Gonzalez Rico 

Fotografía de Julián Gonzalez Rico 

Fotografía de Leo García 

Fotografía de Leo García 

Fotografía de Leo García 

Fotografía de Lola Cantos 

Fotografía de Marco Tulio Frade 

Fotografía de Max Max Max 

Fotografía de Quiny P Orellana 

Fotografía de Quiny P Orellana

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