El edificio de Las Tres Campanas se construyó en 1899 por encargo de la familia Ramallo para destinarlo a uso comercial. En 1912 sufrió un incendio y fue reedificado en 1917 por Adel Pinna y Curro Franco.
Las Tres Campanas presenta una fachada de estilo modernista con cuatro plantas y tres calles, las dos primeras plantas muestran dos cuerpos laterales avanzados sobre la fachada con miradores.
El cuerpo central es más ancho y presenta
un balcón en la primera planta.
La tercera planta sigue el diseño de las anteriores pero se sustituyen los miradores por unos pequeños balcones.
Destaca el uso de la carpintería de madera así como los estucados que imitan motivos vegetales y el ritmo curvilíneo de la fachada con rasgos típicamente modernistas.
El cuerpo superior queda rematado por dos pequeñas cúpulas en los extremos, agallonadas y de cierto gusto afrancesado.
Y en el centro encontramos un reloj fabricado por la empresa Pérez en 1917, al que hay dar cuerda a diario y que es ya en si mismo una verdadera joya.
Como remate del reloj aparece una singularísima veleta en forma de paraguas que acoge el símbolo distintivo del edificio, las tres campanas.
El interior era de una belleza extraordinaria cuando era juguetería: pilares de fundición, artesonados maravillosos, escaleras de caracol de delicada madera, mostradores y estanterías decorados con fina marquetería.
También disponía de dos ascensores con cristaleras y asientos, ésto último era muy llamativo y un gran reloj de madera con números romanos que colgaba del techo.
Hace algunos años la juguetería se trasladó de su centenario enclave y la Caja Rural de Extremadura compró el edificio para convertirlo en su sede central, pero este cambio de sede nunca llegó a materializarse.
Recientemente unos particulares lo compraron para ser parte de un complejo hotelero que se extendería por la adyacente calle Duque de San Germán, proyectándose el restaurante del hotel en Las Tres Campanas.
Esperemos que, de ver la luz esta iniciativa, sea lo suficientemente respetuosa con el histórico edificio y su esplendoroso interior.
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Imágenes de su interior
Fotografías cedidas por Julian Gonzalez Rico
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Fotografía cedida por
Miguel Angel Vázquez Díaz-Blanco
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Fotografías cedidas por José María Ballester
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Muchos "niños" de Badajoz les estaríamos agradecidos por mimar este lugar mágico de nuestra infancia.
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Un edificio emblemátido. Me ha encantado ver este pequeño reportaje que me ha trasladado a mi infancia.Preciosas las fotografias.Muchas gracias, por unos instantes me he visto alli con mis padres eligiendo los juguetes para Reyes.Que bonitos recuerdos.
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